martes, julio 08, 2008

Hablar: Un Atributo Divino??

En Octubre del 2007, la Revista Científica Current Biology publico un artículo relacionado con las investigaciones efectuadas por los Doctores Carles Lalueza-Fox del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona; Javier Fortea y Marco de la Rasilla de la Universidad de Oviedo.

En dicho artículo, se anuncia la recuperación del gen FOXP2 localizado en el cromosoma 7 e implicado en el lenguaje, en dos neandertales procedentes de la Cueva de El Sidrón; Asturias; con una datación de unos 43,000 años.

La conclusión a la que llegan los científicos involucrados en la investigación es que el hombre del neandertal hablaba y como una consecuencia, el habla deja de ser una característica distintiva de nuestro género.

De acuerdo a nuestra ciencia moderna, el neandertal no es un antepasado del hombre moderno sino que se desarrollo sobre una línea genética paralela, separándose ambas líneas hace aproximadamente quinientos mil años.

Haciendo una breve reseña sobre la expresión Verbal, diremos que el habla está directamente vinculada a nuestro hemisferio cerebral izquierdo, a nuestra lógica digital, binaria, del sí o el no. El habla es un potente instrumento para el desarrollo de nuestras capacidades de clasificación, organización, jerarquización, secuenciación y posiblemente un potenciador de nuestra lógica digital en virtud de la capacidad relacional que confiere, sin embargo, el habla no añade un solo pensamiento a nuestro intelecto. Para que el hombre pueda aprehender su entorno debe desconectar en buena parte su máquina de lógica digital y dar paso a los procesos lúdicos que se generan en el hemisferio cerebral derecho o analógico. Por decirlo así, debe dejar de hablar. No podemos aprehender mientras hablamos. Si bien el habla es un instrumento valioso para nuestro razonamiento lógico, no así para el pensamiento creador.

Si consideramos el habla como una actividad que por su naturaleza es un inhibidor de importantes procesos lúdicos que se generan en nuestro cerebro debemos igualmente asumir que es una forma de comunicación altamente ineficiente dentro de la economía intelectual del hombre.

Quizás nos resulte muy complicado concebir una sociedad compleja con individuos sin capacidad de expresión verbal, yo diría que esta no es más que una modalidad, una particularidad dentro de un amplio proceso de diferenciación y jamás debe ser visto como sinónimo o extensión del intelecto. Un caso muy interesante por lo evidente, es el de las hormigas. Conforman sociedades altamente complejas dónde se observan fenómenos como división del trabajo, jerarquización, especialización etc., sin que intervenga la expresión verbal. Muchos científicos atribuyen este milagro a las llamadas feromonas (hormonas) que segrega la reina y mediante el cual ella organiza al resto de la comunidad. En el mejor de los casos yo diría una sobre valoración de dicha sustancia, en el peor, inocencia casi mística. Demasiada información por codificar para las variables que la presencia o no de esa o cualquier otra sustancia pueda proporcionar. Pero bien, independientemente de sí es así o no, el hecho concreto es de que no hablan y se comunican muy eficientemente.
Aunque no tan obvios, en la naturaleza abundan los casos de comunicación no verbal entre individuos del mismo género, si no lo determinamos es sencillamente porque nos aferramos a la idea de que el lenguaje en una propiedad inherente a la inteligencia y por ende al hombre.

Ni lo uno ni lo otro, ni el lenguaje ni la inteligencia son atributos exclusivos al hombre, mucho menos sus rasgos distintivos.

Por otra parte, la expresión verbal es sólo una de entre muchas modalidades en la comunicación entre individuos; que por cierto; entre las más ineficientes. Bien, porque hablamos? Es tan sólo una extensión de nuestras capacidades auditivas, hablamos porque escuchamos y escuchamos no para comunicarnos, sino para percibir nuestro entorno. Si el espectro de recepción auditiva fuera diferente quizás como la del murciélago, lo más probable es de que nuestra forma de comunicación estaría lejos de ser verbal a como igualmente de improbable de que fuéramos bípedos.

De lo que si podemos estar seguros, es que después del descubrimiento arqueológico en las Cuevas del Sidrón; por lo menos dentro de la concepción ego céntrica del hombre; EL HABLAR YA NO SERÁ NUNCA JAMÁS, UN ATRIBUTO DIVINO.